Al hilo de la celebración del Día Internacional de la Mujer, en Traducciones CCI reparamos en que de las aproximadamente doce personas que a lo largo de su historia han formado parte de la plantilla solo una ha sido hombre, en que la inmensa mayoría de los traductores autónomos a los que recurrimos son mujeres y en que de los aproximadamente 25 estudiantes que han realizado sus prácticas en la empresa solo un par han sido chicos.
Así, decidimos realizar una pequeña investigación al respecto, que recogimos en un artículo para el newsletter de ANETI (https://aneti.es/la-feminizacion-del-sector-de-la-traduccion/), asociación de la que formamos parte y en la que participamos activamente. Así, pudimos saber que el 82,80 % del alumnado licenciado durante el curso 2022/23 en el grado de Traducción e Interpretación de la Universidad Pablo de Olavide, de la Universidad Autónoma de Madrid y de la Universidad de Vigo eran chicas y solo un 17,20 chicos.
Los datos del Libro Blanco de la Traducción Editorial de 2010 también confirmaban que la traducción en España está en un proceso continuo de feminización: las mujeres, como colectivo, eran mayoría (54%) en el mundo de la traducción editorial, frente al 45% de hombres. Y, concretamente, el porcentaje de traductoras en el rango de edad de 26 a 35 años triplicaba el de hombres.
Y no solo en España, ya que el estudio The status of the translation profession in the European Union, de 2012, estimaba que el porcentaje de traductoras en Europa podría alcanzar el 70% del sector.
Podemos añadir otro detalle aleatorio que iría en la misma línea: de los 1.115 traductores jurados de alemán que aparecían en el listado del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación actualizado en noviembre de 2020, 782 eran mujeres (70 %) y 333 son hombres (30 %).
Todo ello esta teniendo también reflejo en los cargos directivos. De hecho, aunque la mayoría de los puestos directivos son ocupados por hombres (el 70 %), incluso en sectores mayoritariamente desempeñados por mujeres, la citada investigación reveló que en las empresas de traducción del Estado el 60 % de los cargos están ocupados por mujeres (https://aneti.es/la-feminizacion-del-sector-de-la-traduccion-resultados/)
No es extraño, pues, que en el imaginario colectivo ya no impere esa imagen de que un traductor es un monje barbudo traduciendo libros sagrados sino el de una mujer delante de un ordenador y rodeada de las últimas innovaciones tecnológicas.